viernes, 11 de febrero de 2011

Again and again

Sintió un dolor punzante en el costado, le costaba respirar. Últimamente sucedía bastante a menudo. Volvió a mojarse la cara. Mientras lo hacía pensaba si debía contarle a alguien. Volvió a respirar hondo, el dolor ya pasaba. Decidió no hacer nada, no aún.
Se vistió y tomó sus cosas. Miró la hora, iba tarde para variar. Tomó su bicicleta.
Al llegar notó que la gente la miraba y no supo por qué. Alguien al final del pasillo la saludaba, aparentemente feliz de verla. Corrió al ver quién era. Se detuvo al ver su cara.
-Qué te pasó?- preguntó
-Por qué?- dijo ella
-Estas sangrando, te golpeaste?
-No, no lo sé en verdad. Tienes un pañuelo?
Al limpiarse comenzó a preocuparse. "No debería mostrar síntomas físicos hasta pasados los dos meses" le habían explicado hace solo un par de días. Quizás se había equivocado y no era eso lo que ella tenía, pero los síntomas cuadraban de manera perfecta, hasta ahora. Quizás si debería hacer algo al respecto. "No tiene caso" dijo una voz en su cabeza.
En eso sintió su vista encima de ella, era una mirada de preocupación.
-No fue nada-dijo ella- Seguramente me agité al venir hacía acá, venía atrasada, así que me sobreexigí un poco.
-Ten más cuidado, no me preocupes así.
-Descuida, no lo haré más.
Al llegar al pasillo se separaron
-Yo te dejo acá, me llamaron en la sala del lado, nos vemos más rato? al almuerzo, te parece?
-Me parece, te llamo cualquier cosa-le contestó ella.
Cuando entró a la sala se sintió mareada y lo que siguió fue bastante confuso. Lo único que supo fue que cuando despertó era casi la hora de almuerzo, así que decidió dirigirse al comedor y ahí estaba, esperándola. Se acercó, pero aparentemente aún no la había visto. Decidió gastarle una broma y se le acercó por detrás para ver si lograba hacer que saltara o algo así. Después de todo, ella siempre caía. Nada, no reaccionó. "Quizás está tratando de gastarme una broma también", pensó. Se puso al frente, por el otro lado de la mesa.
-Ya entendí-dijo- puedes hablarme ahora.
Al subir la vista a sus ojos se sorprendió de ver que lloraba. Miró con detención y también vio que sostenía su teléfono celular con mucha fuerza.
-Qué sucede?-
Nada, no reaccionaba. De pronto todo empezó a alejarse. No entendía nada. "Qué está sucediendo?" No veía nada claro, todo estaba borroso.
Comenzó a caminar, tratando de recordar por qué estaba ahí. Nada. Dónde estaba, a todo esto. Tampoco podía recordarlo. "Tenía que juntarme con alguien, pero, con quién?" Parecía que de repente había olvidado muchas cosas. Decidió recostarse un momento.
Cuando despertó sintió haber despertado de un extraño sueño. Le dolía un costado y le costaba respirar. Terminó de asearse en el baño y corrió a buscar su bicicleta, pues iba tarde, otra vez.
Cuando llegó sonrió al ver quién la esperaba, sonriendo y saludando al mismo tiempo. Sintió algo extraño en su rostro, se pasó la mano por la nariz y al mirarsela la vio cubierta de sangre. Levantó toda la vista, todo estaba borroso y ya no había nadie allí, recordó caras, voces, momentos que jamás se repetirían. No ahora. "Debí contarle a alguien" fue lo último que logró pensar, y luego se durmió.


Al escribir una historia se deben escoger los caminos que se quieren tomar, cada vez que uno hace una pausa (y a veces ni siquiera al hacer la pausa) la historia se va bifurcando y debes decidir. Ahí es que tu historia se vuelve única y nadie te la puede quitar. Cada uno sabe qué decisiones toma y por qué, no puede haber nada más subjetivo en esta elección. Lo mismo sucede al releer, personalmente no me gusta modificar las historias, pero a veces hay palabras que no están bien ubicadas, y quizás hay personas que no estarán de acuerdo contigo, pero ellos jamás comprenderán del todo qué fue lo que quisiste expresar.


jueves, 10 de febrero de 2011

Pequeños demonios

Ella dice que no es tan importante, pero todo aquel que la observa puede ver que algo sucede.
La otra vez se quedó conversando con un profesor, hace años que no lo veía y nunca le agradó, tuvieron una conversación sobre temas que jamás sabremos, lo único que si se sabe es que horas después de su reunión, él apareció muerto en medio de la sala de profesores, sin causa visible.
Ella dice que no es gran cosa, casualidades de la vida, pero la gente ha comenzado a apartarse de ella.
El otro día se quedó en el techo, sola, como ya se estaba acostumbrando a estar. Se acercó a la orilla y miró hacia abajo. Le encantaba ese lugar, alto, de donde podía ver toda la ciudad, y, cuando estaba despejado y forzaba la vista, podía vislumbrar el mar. Dejó un pie suspendido en el aire, mirando hacia abajo, comenzó a tapar a la gente que caminaba como hormigas por debajo, y estas comenzaron a caer, como si las hubiesen apuntado con una lupa, simplemente caían, mientras el resto corría en un caos, luego suspendió el otro pie en el aire y comenzó a caer. Despertó horas más tarde en su cuarto, con la tele encendida en las noticias, hablando de 3 personas muertas, sin causas visibles, y de la policía local, que de poco se volvía loca intentando descubrir síntomas comunes, aparte de aquellos que no aparecían por ningún lado de la escena del crimen.
Ella decía que nunca se sentía humana, la gente sentía pena por ella y decían que siempre estaba sola, que necesitaba sociabilizar.
Hace un tiempo se encontraba en un almuerzo familiar, y bueno, nadie sabe qué sucedió, pero al terminar la policía encontró una pequeña niña traumatizada, rodeada por varias personas que parecían no tener vida, pero que aún se movían. Todos fueron internados en distintos siquiátricos y la niña fue dada en adopción tantas veces, que se perdió la cuenta.
Pequeños demonios aparecían de vez en cuando, a hacerle compañía. Era la única vez en que la podías ver reír y jugar como la niña que era y se sentía feliz. Cuando estos pequeños se iban, la niña lloraba desconsolada, y más gente aparecía sin vida, lista para internar o enterrar.
Hace un par de años alguien descubrió el nexo entre esta joven y los extraños ataques. Murió, claro está, pero poco antes logró comunicar su idea, y a los pocos días miles de personas se juntaron en hordas a atacar a la pequeña. La tomaron, ataron y quemaron. Mientras la observaban sonrientes comenzaron a ver lo que habían hecho y se arrepintieron por el resto de sus vidas. Alcohol, droga, suicidio siguieron a todos hasta el día de sus muertes.
La pequeña por otro lado nunca lo entendió, miraba a estas personas, sin entender, y de repente divisó a sus amigos los demonios, jugando, correteando alrededor de ella. La miraban y susurraban, nos quedaremos para siempre, y ella sonrió. Cerró sus ojos y se durmió, por primera vez, en paz y feliz.
(y bueno, esto depende de qué vea, como acabo de ver gantz y jigoku shoujo espero que se entienda)