jueves, 11 de marzo de 2010

"- Les pido a todos su atención- se aclaró la garganta antes de seguir hablando- sé que nuestro contrato preveía una situación muy distinta a la cual nos enfrentamos hoy.
Lisa escuchó ese discurso de lo lejos. Era extraño escuchar a un extraño emitir la disculpa que ella tendría que estar dando en esos momentos.
Habían sucedido tantas cosas últimamente, y ahora esto. Lo que la hacía vivir, lo que la mantenía en un mundo deseable, su sustento de vida y su principal fuente de ingreso la había abandonado. Y lo que es peor, había decepcionado a mucha gente con esto. Más de lo que había pensado.

Prefirió no seguir escuchando ese patético discurso a su nombre en el cual no había sido consultada ni invitada a presentar. Simplemente la ignoraban. Quizás pensaron que le hacían un favor, y quizás en realidad lo hacían. Se dio media vuelta y cruzó la puerta para comenzar a caminar en una fría tarde que ya llegaba a su fin. Tenía ambas manos enterradas en el fondo de su abrigo, una de ellas aferraba fuertemente un mp3 que tocaba lentamente "Delayed Devotion" y lo remetía hacia sus oídos por unos raídos y parchados audífonos que habían durado más de lo que cualquiera habría esperado. Observó el vaho saliendo de su boca y apretó paso hacía la nada.
Amaba caminar sin rumbo fijo, con la música puesta. Antiguamente era una gran fuente de inspiración. Hoy, hasta se cansaba escogiendo un bue repertorio para escuchar en el mp3.
" Si resulta que si, si podrás entender lo que me pasa a mi esta noche" le dijo Calamaro suavemente al oído esa noche "ella no va a volver y la pena me empieza a comer...adentro". Sintió esas palabras como una pequeña predicción y se preguntó en qué estaba Calamaro cuando escribió aquella canción.

Siguió caminando pensando en que gracias a aquel discurso la estaban haciendo desaparecer poco a poco de este mundo. Quizás en esos mismos momentos la gente se estaría olvidando de ella y se estaría concentrando en la próxima promesa.

Algún día en el futuro sentiría deseos de volver y de poner a prueba la certeza del método. Tal vez alguien la recordaría como algún ser lejano que algún día formó parte de sus vidas. Algo así como cuando te cruzas con gente en la calle y te saludan. Al final pasas todo el día tratando de recordar quién era y de dónde le conocías.

Recordó una vez que una apuesto hombre la saludó cruzando la calle que daba al amable kiosko que la recibía siempre con sus cigarros de mala clase, pero que ella tanto amaba. Tanto así que dejó que carcomieran lentamente sus pulmones en una agradable masa de humo.
Recordó también que ese hombre traía un agradable ramo de flores en su mano izquierda, que le arrancó una sonrisa del rostro. Y es que las mujeres amamos las flores.

Recordó a su antigua amiga a quien esos mismos cigarros habían dejado en un estado irreconocible. Aún eran buenas amigas. Y aún mantenía una fogosa y esporádica relación con un primo de su amiga. Un amigo también, que la había ayudado a superar numerosas etapas, pero que no había podido con esta.
Quizás debería ir a visitarlo algún día de estos y probar si él se acordaría de ella. O tal vez debería a buscar al apuesto hombre de las flores y preguntarle por qué la saludó ese día, hace tantos años atrás


Si, definitivamente le encantaba caminar y divagar... y aún le encantaba, aunque sospechaba que desde ese día podría adquirir todo un nuevo significado..."

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